El arte -y muy en particular el 
asturiano- tendrá un protagonismo muy destacado en las distintas dependencias 
del Casino. Obras firmadas por algunos de los creadores más jóvenes y 
prometedores de la plástica regional -tres de ellos gijoneses- forman parte de 
los fondos adquiridos para enriquecer el edificio, en el que brillan 
especialmente, tanto en lo figurado como en lo literal, los dos bronces de 
Salvador Dalí, ambos bañados en oro de 22 kilates: «Mujer subiendo una escalera» 
-pieza que forma parte de una serie de la que sólo hay otros siete ejemplares en 
el mundo-, para la que se ha elegido emplazamiento en la zona de recepción, y 
«Carmen Crótalos», la escultura que recibirá a quienes accedan a sala de fiestas 
Acapulco.
    Respecto a la obra de Joan 
Miró, serán los jugadores de la sala VIP los que puedan disfrutar de una 
soberbia serie completa de 19 grabados originales del artista balear. 
Salvo el gran cuadro de Kely 
que se expone en el acceso a esa misma sala, el resto de los artistas asturianos 
forma parte de la novísima hornada de creadores, y muchos de ellos compartieron 
el pasado noviembre la exposición institucional organizada por el Principado en 
la Casa de Asturias en Bruselas como promoción del arte regional. En bastantes 
casos, están ya en pleno proceso de proyección internacional. 
La langreana María Vallina es 
la artista más representada, con siete obras: una de gran formato, compartiendo 
la entrada a la sala VIP con Kely, además de otras dos obras de gran tamaño, y 
cuatro papeles en la cafetería, donde también se exhiben otras tantas obras 
sobre papel de Elena Rato, una pieza de Irma Álvarez-Laviada y otro cuadro de 
grandes dimensiones de Edgar Plans. 
El tono artístico de la íntima 
zona de restaurante lo da una serie de la artista Sandra Gamarra -la única 
artista viva no asturiana, nacida en Perú y una de las creadoras que más 
sorprendieron en la pasada edición de Arco-, que comparte espacio con Carlos 
García. El pintor también ocupa con dos obras entre la pintura matérica y la 
impresión digital sobre lienzo. 
Jorge Nava recibe a los 
visitantes a la sala Acapulco con uno de sus impactantes retratos femeninos de 
gran formato, en línea con los que expone estos días en la galería Altamira.
Finalmente -pero ya fuera de la 
mirada de los visitantes, en la «zona noble» de las dependencias privadas del 
Casino-, luce uno de los collages de Benjamín Menéndez, el responsable de la 
gran escultura «Avilés» en la ría de la villa del Adelantado. 
Fuente de información: lne