Panes se vistió ayer de gala
para celebrar el día grande de las fiestas de San Isidro Labrador. Un
acontecimiento que estuvo protagonizado por el malestar entre los ganaderos de
Peñamellera Baja por los continuos ataques de lobos que sufren sus ganaderías en
la cercana sierra del Cuera. Éste era el sentir general en una fiesta que llegó
a su apogeo con la feria ganadera que tradicionalmente se celebra en el prado de
San Román. Más de 500 cabezas de ganado, principalmente vacas casinas y
carreñanas, fueron expuestas en el recinto. Se repartieron premios y
subvenciones a la participación por importe superior a los 2.000 euros.
«La cabaña nunca tuvo la
excelente salud que tiene en este momento, no hay ni un solo caso de
brucelosis», se jactaba el concejal delegado de Ganadería y presidente de la
junta ganadera local, Anselmo López. La alegría por este motivo se vio
enturbiada por el enfado de muchos ganaderos ante la falta de soluciones al
problema del lobo en la comarca.
«Si no son capaces de eliminar
al lobo, que lo digan claramente», protestaba el alcalde del concejo, José
Manuel Fernández, que insistía en que «existe la sensación de que va a haber
algún disgusto y la gente va a empezar a subir al monte armada». «La cabaña
lanar está en peligro de extinción por culpa de los lobos», declaraba,
contundente.
En el mismo prado, con sus
vacas, estaba Eugenio Fernández, de Cavandi, uno de los afectados. Hace dos
semanas él y su hijo subieron al monte para acompañar a las ovejas y, de
madrugada, fueron testigos de cómo un lobo mataba a dos de ellas. «Estamos a
mediados de mayo y ya no quedan ovejas en el monte, los lobos ahora irán sobre
los terneros», anunciaba Eugenio López. Su vecino, Carlos Ruiloba, de 71 años,
era aun más tajante: «Que yo recuerde, nunca han estado las cosas como ahora, el
ganado menudo ya se acabó».
La polémica por la
proliferación de lobos también alcanzó a la misa solemne en la iglesia
parroquial de San Vicente de Panes y al desfile de carrozas, que este año sólo
contó con una muy reivindicativa. Pablo Martínez, Jesús Quintana y Luis Manuel
Balbuena, tres niños de Abándames, eran los ocupantes de esta carroza con
pancarta en la que se pedía más sidra y menos lobos.
Durante la homilía el párroco
de la localidad, Francisco Fernández, también dirigió una oración «por los
ganaderos, que están en una situación muy difícil». En Panes ayer estaban de
fiesta todos contra el lobo.
Fuente de información: lne