Asturias y Canarias, las regiones con menos planes de pensiones
Fecha Domingo, 23 octubre a las 16:22:09
Tema Economia


Asturias y Canarias son las regiones españolas con menor implantación de los planes privados de pensiones, según un estudio realizado por el Grupo Sabadell, al que pertenece el Banco Herrero.

De acuerdo con dicho informe, realizado a partir de datos del FRS-Inmark, el 14,1 por ciento de los españoles mayores de 18 años es partícipe de un plan de pensiones individual. El año pasado era el 13,1% de la población mayor de edad la que disponía de esta fórmula de previsión.

Sin embargo, el proceder por regiones no es uniforme. Mientras Galicia, con el 17 por ciento, y Aragón y Comunidad Valenciana, con el 16,9 por ciento en cada una de ellas, son los territorios autonómicos donde la penetración de planes de pensiones es notablemente superior a la media española, en Asturias y Canarias la suscripción de estos productos financieros se reduce al 9,4 por ciento de la población adulta, seguidas de Castilla y León, donde los planes de pensiones cubren en la actualidad al 9,6 por ciento de los ciudadanos.

Según este estudio del Banco Sabadell, los planes de pensiones han experimentado en los últimos años un crecimiento constante: si en 1999 amparaban al 8,2 por ciento de los españoles, este año supera aquella cuota en casi seis puntos.

Si bien Asturias es, con el País Vasco, una de las dos regiones españolas con pensiones públicas más elevadas, seguidas de la comunidad de Madrid, el comportamiento de estas dos últimas regiones es mucho más favorable a suscribir planes de pensiones individuales que la población asturiana. En Madrid tiene suscritos planes de este tipo el 12 por ciento de su población -2,1 puntos por debajo de la media española-, pero el País Vasco, que encabeza tradicionalmente el «ranking» por el importe de las pensiones medias de la Seguridad Social, supera también la media de los planes privados: el 15,2 por ciento de los vascos lo tienen.

Según el informe del Banco Sabadell, seis de cada diez partícipes españoles en este tipo de productos financieros (el 61 por ciento del total) tiene entre 35 y 54 años. Sin embargo, en los últimos años se constata un progresivo rejuvenecimiento de los partícipes. Del mismo modo, aunque el 63 por ciento de los titulares son hombres, entre los nuevos partícipes se constata una mayor presencia de mujeres, lo que se atribuye a la creciente incorporación de la población femenina al mercado laboral, así como a su «predisposición al ahorro previsión y una autosuficiencia financiera», «factores que no se producen en igual proporción entre las mujeres mayores de 55 años».

El estudio constata asimismo que se mantiene la marcada estacionalidad en las aportaciones que los titulares hacen en cada ejercicio, y que siguen concentrándose en el último trimestre del año. El 58 por ciento de los nuevos contratos y el 70 por ciento del volumen total de inversiones en planes de pensiones se concentra en el último trimestre de cada ejercicio. A su vez, tres cuartas partes de los partícipes (en concreto, el 79 por ciento) optan por realizar aportaciones periódicas y sólo el 21 por ciento opta por ingresos extraordinarios. Estos últimos son más frecuentes entre los partícipes de más edad, lo que se vincula con una mayor capacidad de ahorro, mientras los jóvenes hacen entregas dinerarias recurrentes. En este segmento (de 25 a 34 años) sólo el 11 por ciento prefiere hacer aportaciones más voluminosas y en menor número de operaciones.

De hecho, el importe de la inversión anual de quienes prefieren realizar aportaciones extraordinarias es cinco veces mayor que la de quienes optan por ingresos ordinarios. La inversión anual de quienes hacen ingresos extraordinarios es de 3.600 euros de media, mientras que la de quienes formalizan aportaciones frecuentes se sitúa en 800 euros.

Según este trabajo, el saldo del partícipe se incrementa de forma notable a partir de los 50 años, al extremo de multiplicarse por seis desde el tramo de edad comprendido entre los 35 y 39 años al de quienes se sitúan entre los 60 y 64 años, próximos ya a la edad de jubilación.

Respecto al nivel de riesgo asumido, el informe concluye que el 22 por ciento prefiere opciones más prudentes (renta fija), el 38 por ciento de los partícipes opta por carteras de renta variable, y el 73 por ciento -es decir, el grueso de los ahorradores- busca fórmulas de renta mixta. El componente de renta variable -que es sólo el 6 por ciento del total de la inversión en planes de pensiones- se reduce sustancialmente a medida que aumenta la edad, tratando así de atenuar lo más posible la volatilidad a medida que se acerca la edad en que se procederá a rescatar el plan de pensiones.

Fuente de información: lne







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