Javier Sopeña declara que el Ayuntamiento y su Alcalde siempre “ha dado ejemplo y se han mostrado pioneros” en políticas medioambientales. Para empezar alude a la “movilidad urbana” con “mejoras evidentes en la contaminación atmosférica y acústica”

Sin embargo, consideramos que el Ayuntamiento de Oviedo no ha realizado progresos significativos en promover una movilidad alternativa desde que se inauguraron los espacios peatonales en el centro de la ciudad. Es más, estos mismos espacios peatonales cada día son más inseguros, habitualmente se encuentran vehículos, ajenos al uso residencial o al reparto comercial, que invaden estas zonas, incluso con velocidad inapropiada que pone en riesgo a los viandantes.

Sobre el fomento de una movilidad alternativa, la política municipal se podría resumir en “dejarlo todo como está”: el coche privado es el protagonista hegemónico de la movilidad, sobre todo tras el crecimiento considerable de nuevas urbanizaciones y grandes superficies comerciales periféricas. No mejora el protagonismo del transporte público, agravado con el empeño del Alcalde por excluir el servicio de autobuses del Consorcio de Transportes de Asturias, con el aumento consiguiente del coste para los usuarios que además se desplazan fuera del concejo. La bicicleta, aunque se demuestra como el transporte más eficiente y ahorrador de CO2 en las ciudades, no existe ni sobre el papel, a pesar de que ciudades como Avilés y Gijón plantean proyectar algún carril-bici en sus Planes Generales (incluso el Ayuntamiento de Gijón elaboró en su día un Plan Ciclista con el fin de introducir la bicicleta en la ciudad). En el ayuntamiento ovetense ni se plantea la idea, a pesar que reiteradamente se lo reivindican usuarios de las bicicletas.

Así que las mejoras “evidentes” en contaminación atmosférica y acústica las ponemos muy en duda. Sólo ver los datos de contaminación que periódicamente nos suministra el Principado de Asturias, delatan que muchos días Oviedo está por encima de los niveles que marca la Ley.

Alumbrado urbano

Las farolas que proliferan en Oviedo son las de tipo isabelino, dispuestas más por criterios estéticos que de eficiencia energética. Dentro de este modelo, se escogen las farolas con mayor consumo, compuestas de 3 ó 5 focos de luz, cuando muchas veces harían el mismo servicio los modelos con sólo 1 ó 2 focos. Tendríamos que realizar un grandioso esfuerzo para encontrar en Oviedo sistemas de iluminación verdaderamente eficientes y que evitasen una iluminación innecesaria: la del cielo y que provoca la llamada “contaminación lumínica”.

Reciclaje y recogida selectiva

El Ayuntamiento no sabe aprovechar la oportunidad que tiene para concienciar a sus vecinos sobre la problemática de los residuos urbanos, tras la implantación en la ciudad del sistema de recogida selectiva puerta a puerta (del que sí son pioneros en Asturias). Sistema que debería ser el más eficaz para conseguir grandes porcentajes de reciclaje y para evitar problemas como la incineración. Los resultados obtenidos, sin embargo, son mediocres debido a la deficiente información suministrada a los vecinos y a los escasos esfuerzos por mejorar las notorias deficiencias que muestra la recogida.

Energías renovables

Javier Sopeña centra su discurso en la utilización del biodiésel. Contemplamos este combustible con mucha cautela pues podría aparejarse a grandes perjuicios ambientales y sociales. Consideramos positivo el biodiésel obtenido a partir de los aceites usados, pero muy cuestionable el biodiésel obtenido de las inmensas plantaciones que proliferan en los países en vías de desarrollo. Este otro biodiésel está dañando muchos de los ecosistemas de aquellos países y desestructurando a sus poblaciones campesinas. Sería exigible al Ayuntamiento un control exhaustivo de la procedencia del biodiésel que consume.

Sobre la renovación del parque automovilístico municipal se debería considerar el balance energético que supone la retirada de los automóviles usados y el coste ambiental que suponen los nuevos, en cuanto a los recursos empleados en su fabricación, desplazamientos, etc.

En cuanto a la conservación de la energía, debemos demandar la construcción de nuevas viviendas y edificios con criterios bioclimáticos y la incorporación de sistemas de energía solar, de lo cual nada nos habla el concejal. Criterios muy alejados en ejemplos como el auditorio de Calatrava, un auténtico devorador energético que consumirá tanto como la población de San Claudio.

Agenda 21

Consideramos positivo que el Ayuntamiento incorpore políticas de sostenibilidad y de participación ciudadana. Pero debemos de recordar a Javier Sopeña que uno de los pilares de la Agencia 21 es precisamente la participación, sobre todo de las entidades ciudadanas más concienciadas con el medio ambiente. Sin embargo, no ha sido hasta el año pasado cuando se constituyo el Consejo de Medio Ambiente después de mas de un década esperando, este es previo para planificar un espacio sostenible como es la Agenda 21.

Otros temas no aludidos por el concejal

Fuera ya de los temas suscitados por Javier Sopeña, no queremos terminar sin mencionar un tema de trascendental importancia ambiental y social como es la ordenación urbana. El crecimiento urbano, que no parece conocer límites, es el que determina la planificación urbana en el concejo, cada vez más diseñada bajo criterios mercantilistas que por conseguir un espacio para vivir personas que buscan lugares de sosiego, de convivencia y de encuentro con el medio natural. Nos encontramos con un Oviedo encorsetado por grandes infraestructuras viarias, donde proliferan indiscriminadamente urbanizaciones dispersas y de baja densidad, junto a grandes superficies comerciales periféricas, con todos los problemas de movilidad, impacto paisajístico y contaminación.

Dejadez que han tenido con el asunto de las aguas residuales de Oviedo, que ha creado un problema enorme para los vecinos del Parque de Invierno (por el rió se puede ver y oler los residuos orgánicos tal cual) y ahora se pretenden resolver con el famoso colector de las Caldas que es llevar mas lejos la contaminación. Aparte de las Caldas, existen más ejemplos de proyectos urbanístico que se realizan sin tener previsto el saneamiento, como la futura urbanización de la Manjoya y otras.

El medio rural cada vez resulta más marginal, como el espacio susceptible de ser recalificado de improviso, es el ejemplo de Las Caldas que pasa de ser un apacible núcleo rural a un suelo urbano, con un proyecto que duplicará el número de edificaciones actualmente existentes.

Ya dentro de la ciudad nos encontramos con propuestas que incluso llegan al extremo de rondar la megalomanía. Aquí se apuntaría el citado auditorio de Calatrava o las nuevas propuestas para cubrir con losas la Ronda Sur y la entrada de Oviedo, sin considerar los elevados costes y los impactos que supondrán, atendiendo exclusivamente a los negocios inmobiliarios que suscitarán.

Una planificación urbana, en resumen, ajena a la participación ciudadana y ajena a la emergencia que provoca el cambio climático en ciernes, que debiera motivar la llamada a la responsabilidad de nuestras administraciones y gobernantes que deberían ejercer como ejemplo didáctico para el conjunto de la ciudadanía y que debieran estar motivados para emprender otras políticas más racionales.

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Esperemos que estas reflexiones lleguen al concejal Javier Sopeña, como muestra de una visión ciudadana sobre la política medioambiental llevada a cabo por el Ayuntamiento de Oviedo. A pesar de nuestras críticas y de nuestras diferencias ideológicas con el equipo de gobierno municipal, queremos dejar constancia también de nuestra disposición para colaborar con nuestras propuestas a la mejoría de la gestión municipal y el interés por participar en aquellos foros y encuentros que promueva el Ayuntamiento con el fin de mejorar nuestro entorno.