Grado se convierte cada domingo
en la capital del comercio tradicional de Asturias. Ese día, como si de un
ritual se tratara, miles de personas de toda la región acuden a la villa moscona
para comprar unos calcetines, una cecina de León, un cuchillo de Taramundi o
unos 'piños' de cebollín o de plantones de berzas. Y eso ocurre durante todos
los domingos del año.
Pero hay uno en el que la
'peregrinación' al mercado semanal es masiva: el día de la Flor. Ayer, la
capital gradense cumplió esta tradición y se volcó con esta tradicional y
antiquísima fiesta. Miles de personas -«no recuerdo una Flor con tanta gente»,
comentaba un vecino de la villa- visitaron el mercado en una jornada en la que
se ensalzaron los valores del comercio tradicional.
Grado vive de cara al mercado
de los domingos. La villa se adaptó a esta cita y no al revés, lo que le ha
convertido desde hace muchos años en el referente comercial de la comarca. Y es
que hay quienes dicen que el origen de la localidad se encuentra, precisamente,
en la celebración de esta feria. La capital moscona acoge dos mercados a la
semana. Uno de ellos en miércoles, pero ese día no hay ni el revuelo de
compradores ni el número de puestos de los domingos.
Es tal la importancia de esta
cita semanal en el tejido económico y cultural de la villa que, incluso, la misa
del domingo se celebra por las tardes. Es una antigua tradición que se adoptó
para que los vendedores de los puestos del mercado pudiesen cumplir con sus
obligaciones religiosas en el día más importante para los católicos.
El mercado aún guarda la
esencia de aquellas viejas ferias y quien lo desee puede comprar desde un
mechero 'galáctico' hasta unas madreñes, una bacinilla, unos calzoncillos o un
corsé, embutidos de León, zapatillas o bollos preñaos de chorizo y tocino. «Grao
ye el mercao. Ye nuestra seña de identidad», afirma un vecino de la villa
moscona.
Pero, sobre todo, el mercado de
la Flor es el escapárate perfecto para presentar los productos de temporada de
la rica huerta moscona y de los concejos limítrofes. Repollos de La Mata, fabas
y fresas de Candamo, queso de afuega'l pitu o los verdes y tiernos arbeyinos son
observados con admiración por los miles de visitantes que acudieron ayer a la
cita.
Galardón
Durante la Flor, los gradenses
que residen fuera de Grado vuelven a su pueblo. La asociación Moscones en Xixón
fue fiel a esta fiesta y aprovechó la cita para hacer entrega del premio del I
Certamen Periodístico que ha promovido este año. El trabajo ganador correspondió
a un artículo sobre el mercado de Grado escrito por el historiador Gustavo
Adolfo Fernández.
Fuente de información:
ElComercioDigital