Asturias vivió ayer uno de los días más felices de su más reciente historia con la celebración del título mundial de Fórmula 1 logrado por el ovetense Fernando Alonso. En todos los rincones del Principado se siguió con pasión el GP de Brasil, pero fue en la capital donde más relevancia tomó la celebración. El Auditorio Príncipe Felipe registró un llenazo histórico con algo más de dos mil fervientes aficionados alonsistas que no pararon de animar a su ídolo generando un ruido ensordecedor. A medida que fue acercándose el final de la carrera, la euforia fue en aumento ante la mirada de más de medio centenar de medios de comunicación.

Con el paso de Alonso bajo la bandera a cuadros estallaron el entusiasmo y los cánticos, y pudieron oírse las notas del Asturias, patria querida, mientras muchas personas no eran capaces de contener las lágrimas, sobre todo los miembros de una de las peñas más antiguas del piloto, la F1 Oviedo. Fueron desplegadas varias pancartas y la marea azul y amarilla empezó su peregrinación hacia la Plaza de América, punto neurálgico de la fiesta carbayona, con la fuente apelada La Gabinona como objetivo de todos los aficionados. No faltaron los baños, alguna que otra traca, los bocinazos y los cláxones de los coches. Entre cinco y seis mil personas celebraron como merecía la ocasión el título del Nano, una celebración sin precedentes en la ciudad que duró hasta bien entrada la noche en las calles y bares, con gentes venidas de varias provincias españolas que se unieron a los asturianos.