Poco después de las siete y 
media de la tarde las autoridades accionaron el interruptor que ponía en marcha 
el nuevo sistema de iluminación del Santuario de Covadonga. Un total de 183 
proyectores, unidos por más de 3.000 metros de cable, realzan desde ayer la 
belleza del Real Sitio, que recibirá a los visitantes que se acerquen de noche 
con un nuevo aspecto. 
El director de la Fundación 
Hidrocantábrico, que financió los 240.000 euros que costó la obra, explicó que 
una de sus mayores preocupaciones era «evitar la contaminación lumínica del 
entorno». Por eso, trataron por todos los medios de que la nueva instalación no 
entorpeciese de forma alguna el ambiente de recogimiento que debe reinar en un 
santuario. 
Así, sobre la fachada principal 
de la Basílica y las torres se proyectan una serie de focos de tonos azulados, 
pero cálidos. El objetivo principal, combinar la robustez de la piedra con la 
sensación de levedad que produce la luz. También se iluminó la cripta que 
sustenta el templo para evitar que, desde la lejanía, la Basílica aparente 
flotar en el vacío. 
También hubo luz para la 
Santina. La Cueva cuenta con nueve discretos puntos de luz que invitan al 
recogimiento y la oración. Asimismo, el proyecto también incluyó la instalación 
de luces a lo largo de todo el túnel de acceso, se remarcó el perfil de las tres 
cruces que forman el calvario y se iluminó el Pozón a los pies de la gruta 
usando colores fríos como contraste con el conjunto. En total, cerca de 20 
vatios de luz para crear una nueva imagen de Covadonga. 
«Una experiencia nueva en 
Covadonga que nos ayuda a descubrir toda su belleza», describió el arzobispo de 
Oviedo, Carlos Osoro. Junto a él, participaron en el acto inaugural numerosas 
autoridades civiles y religiosas: el delegado del Gobierno, Antonio Trevín; el 
alcalde de Cangas de Onís, Alfredo García; el abad de Covadonga, Florentino 
Hoyos; el presidente de la Fundación Hidrocantábrico, Martín González del Valle; 
y el de HC Energía, Manuel Menéndez. Antonio Trevín destacó, por su parte, «la 
colaboración entre instituciones, empresas e Iglesia en un ejercicio de 
normalidad democrática» y reafirmó su compromiso con el Patronato de Covadonga, 
«un compendio de autoridades civiles y religiosas para el desarrollo de 
Covadonga». 
Tan sólo se echó en falta la 
presencia de algún representante del Gobierno regional. Estaba previsto que 
asistiese el director general de Promoción Cultural, Carlos Madera, de quien el 
arzobispo Osoro dijo que «aunque no está aquí hoy, está presente de una forma u 
otra por su colaboración». 
Y es que todo el proyecto contó 
con la supervisión de la Consejería de Cultura y Parques Nacionales. Ambos 
organismos velaron por que la actuación acometida bajo la dirección del 
arquitecto Javier Felgueroso no atentase contra el patrimonio arquitectónico ni 
perjudicase en forma alguna al territorio protegido. Ejemplo de ello fue la 
elección de una iluminación fría en el Pozón «para evitar la proliferación de 
algas».
Fuente de información: 
ElComercioDigital